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viernes, 30 de abril de 2010

Cena Poética


La poesía y la comida tienen mucho en común. Ambas participan de todos nuestros sentidos. Hay quienes comen con la vista pues necesitan que el plato sea atractivo para animarse a hincarle el diente. De igual manera la poesía visual intenta transmitir el significado de las palabras utilizando la imagen como elemento impactante. Y qué decir del sabor. Aunque la poesía no se paladea en la boca, sí se disfruta de ella con el oído y se paladea en lo más hondo de nosotros para dejarnos, las más de las veces, un buen sabor de boca.

Ayer a las ocho y media de la tarde, después de haber sido invitada formalmente a tan prometedor festín, asistí a mi primera cena poética en la que no sólo nos alimentamos de poemas servidos por camareros y camareras en periodo de formación, sino que además nos amenizaron el acto con piezas de música que hizo más solemne a la vez que acogedor el evento.

La Cena poética es la puesta en escena y el acto que culmina el proyecto “Poesía para llevar” que el I.E.S. Bajo Cinca de Fraga hace ya unos años lleva a cabo con el fin de fomentar la lectura de poesía tanto en las aulas como en casa. Así los alumnos han estado trayendo a casa cuartillas con poemas elegidos por parte de profesores, alumnos y padres y madres de alumnos. Ayer sentados en engalanadas mesas, a la luz de las perfumadas velas y con los poemas como único plato a degustar (amén de unas cuantas pastas de chocolate que sirvieron para calmar el hambre de los más pequeños de la casa y dulces bebidas refrescantes para ir aclarando la voz de los que allí estábamos) transcurrió la más fascinante de las cenas a la que jamás yo haya asistido. Gente de todas las edades (alumnos, padres e incluso algún que otro abuelo) y de toda la comunidad educativa compartimos la lectura de no pocos poemas. Era tanta la gente que se animó a leer que, a juzgar por la hora en que acabó la “cena”, bien podría pensarse que quedamos todos muy satisfechos (que no hartos).


viernes, 23 de abril de 2010

Hoy, Día de la Faldeta

Sí, ya sé que hoy tocaba el día del libro pero es que en Fraga hace ya más de 30 años elegimos este día para recordar y homenajear a nuestra "jayes" y los ciudadanos de Fraga salimos hoy a la calle a lucir con orgullo nuestras ropas. Desafortunadamente este año no he podido estar paseando por el casco histórico de Fraga, viendo las estampas antiguas que intentan transmitir las costumbres y oficios antiguos que nuestros antepasados tenían (los inconvenientes de trabajar fuera de la comunidad). Esta mañana he dejado vestidas a mis hijas con el traje típico de Fraga (Anabel con el traje de "fadrina" y Elena con el traje de novia) sin poder verlas pasear por las coloridas y bulliciosas calles de Fraga. Este año, si me descuido, casi sé de la fiesta de oídas y por las fotos que les han hecho.
Hoy el día ha amanecido amenazando lluvia pero ha sabido contenerse y ha dejado desarrollar todo lo preparado con normalidad. Ya pasada la una de mediodía, y justo cuando mi paseo me permitía ver cómo la gente se disgregaba para ir tirando para casa y cómo los escenarios de las diferentes estampas eran desmontados, ha empezado a llover.
Ésta es una fiesta que me encanta y que quizás sólo a los que nos atañe de cerca podemos llegar a amar pero no cesaré en mi empeño de hacer llegar a todo el mundo este entusiasmo mío por lo de mi tierra.
Hoy no os regalo una rosa, ni tampoco un libro, tan sólo unos vídeos que Eugenio Monesma, en su intento de recopilar y preservar lo antiguo, tiene a bien cedernos.

Qué tingueu un molt bon día de la faldeta!

Courtesy Xbox 360 Videos



Courtesy Xbox 360 Videos


jueves, 22 de abril de 2010

Hoy, día de la Tierra

No mucha gente sabe que el día anterior al día del Libro es el día de la Tierra. Mientras miles de personas en este país se afanan en preparar los stands de venta de libros y rosas en una pura estrategia comercial (ya me gustaría saber cuántos de los libros que se venden ese día acaban siendo leídos por la persona agasajada y cuántas rosas son cultivadas, cortadas y bellamente presentadas para regocijo de la estimada dama), el día de la Tierra pasa para la mayoría de nosotros de puntillas y sin pena ni gloría.

Y es que el día de la tierra no vende, no llena los bolsillos de unos pocos a costa de otros que se dejan su dinero ni que sólo sea por cumplir con la tradición. El día del libro está envuelto de una áurea de intelectualidad, apela a la parte más cultivada del ser humano; es como si subliminalmente te estuvieran diciendo aquello de “tonto quien no lea”. El día de la Tierra, sin embargo, es todo lo contrario; nos recuerda la parte más primitiva del hombre, su poder de destrucción y el enriquecimiento de algunos a costa de diezmar sus recursos naturales. ¿Cómo va a ser popular un día así? ¿Qué beneficio saca nadie de todo esto? Este toque en la consciencia de todos nos resulta molesta, giramos la cabeza a todo aquello que nos recuerda que no somos tan “guays” como creíamos.

Hoy, día de la Tierra, os regalo unas bellas imágenes que algunos de los mejores fotógrafos de naturaleza han donado para ser subastadas y así poder llevar a cabo actividades de apoyo mediambiental.

miércoles, 21 de abril de 2010

Algo había que hervía

Casi dos años después de haber dejado este blog a la deriva, retomo el timón y me propongo llevarlo a buen puerto. Lo dejé en un momento en el que el stress físico y emocional colapsó definitivamente mis deseos de escribir. Era el final del primer curso del ciclo de transporte, estaba exhausta, sin energía y lo que no quería hacer era escribir por escribir. Y no es que en este espacio pretenda que queden reflejados pensamientos muy profundos (por lo menos no más profundos de lo que pueda ser una pecera) pero sí algo que valga la pena detenerse a leer cuando alguien pase por aquí aunque sea esporádicamente o incluso de casualidad.

Lo dejé cuando tenía ya algunos seguidores que comentaban y a los que yo devolvía la visita cortésmente para dejar también mi opinión sobre lo que ellos escribían. Gente muy variada, con intereses y motivaciones diferentes pero que valía la pena leer. Vuelvo a éste, mi espacio, para descubrir que muchos de ellos han dejado de escribir en mi ausencia. ¿Quién sabe?, quizás un día de estos cambian para ellos las circunstancias que les empujaron a dejar de escribir y retoman sus diarios.

Dos años no son mucho en la vida de una persona. Eso pensé yo cuando me embarqué en el ciclo de transporte pensando que valía la pena invertir ese tiempo en formarme para un trabajo que nos vendieron como seguro. Pero la galopante crisis financiera nos ha acompañado a lo largo de estos dos años y nos ha dejado a la mayoría de nosotros sin expectativas. En definitiva, aquellas ganas de cambiar de trabajo, de olvidarme del mundo de la enseñanza se han visto, si no rotas, sí aplazadas.

Haciendo balance de estos dos años debo decir que aunque el final no ha sido como yo esperaba en lo referente a lo laboral, estoy contenta por todo lo conseguido en lo académico pero sobre todo en lo personal: un grupo de amigos con los que compartir inquietudes y con los que a menudo quedo para salir y pasar un buen rato.

Y ahora, casi un año después de haber parado de esa actividad frenética (para colmo este año ya no estoy a media jornada, sino a un tercio, es decir, seis horas de clase más dos de guardia) siento que tengo tiempo y la necesidad de retomar mis escritos.