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viernes, 14 de diciembre de 2007

Pesadilla antes de Navidad

¿Os suena? Este es el título de una película de dibujos animados dirigida por Tim Burton y que tuve el placer de descubrir el año pasado por estas fechas (la película es de hace ya unos años más pero es que yo ando muy desfasada con los estrenos de cine). Es un musical (ya sabéis, ese género en que los personajes se pasan casi toda la película cantando) y la estética de la película en general y sus personajes en particular es muy peculiar. Bueno, el caso es que yo había propuesto ver esta película en el instituto con motivo de la última semana antes de las vacaciones de Navidad y trabajarla un poco en clase con algunos ejercicios centrados más que nada en las canciones. Ya casi lo tenía todo preparado para la semana del 17-21 pero, paradójicamente, la pesadilla antes de Navidad me ha tocado vivirla en mis propias carnes.

Siguen pinchándome. Al poco de pincharte, notas una mejoría repentina que te hace creer que ya estás casi salvado y lo cierto es que, conforme van pasando las horas y el primer subidón va amainando, el dolor vuelve a instalarse en tu cuerpo, aunque, afortunadamente, de cada vez con menor intensidad.

Hoy, después de pincharme, me han llevado a clase sólo para hacer el exámen. Al finalizar, como los niños pequeños, he llamado a casa y me han pasado a recoger. Es muy triste verte de repente dependiendo de tanta gente, sobre todo, cuando se está acostumbrado a ir de aquí para allá con tu propio coche y no dependiendo de nadie. Ahora no es sólo a mí a quien deben atender, sino también a mis hijas (llevarlas y recogerlas de sus actividades extraescolares puesto que esto lo hacía yo). Como siempre digo, y no me canso de repetir, tengo una suerte inmensa con mis suegros y por supuesto con mis padres (aunque por proximidad les toca navegar con más faena a los primeros).

Para alguien como yo, que durante tres meses no he parado en un solo momento, se me está haciendo particularmente aburrido esto de estar en casa. Sin duda ha sido un aviso importante del cuerpo de que no podía continuar así. Sin embargo, dudo que cuando vuelva, pueda contenerme en mi manera de hacer.

El reposo me está viniendo bien para leer, hábito que había abandonado desde que empecé el curso y que espero continuar en estas fiestas de Navidad siempre y cuando los trabajos que me han mandado me lo permitan.

Mientras tanto, aquí ando, protagonizando mi particular pesadilla antes de Navidad, bueno, espero que esté casi saliendo de ella.

1 comentario:

Satrústegui dijo...

Merba, hay que cuidarse un poquito eh, que está muy bien eso de ser madre moderna que puede con todo y hace de todo pero la salud cuenta como lo más importante (para poder seguir haciendo de todo, claro).