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miércoles, 21 de abril de 2010

Algo había que hervía

Casi dos años después de haber dejado este blog a la deriva, retomo el timón y me propongo llevarlo a buen puerto. Lo dejé en un momento en el que el stress físico y emocional colapsó definitivamente mis deseos de escribir. Era el final del primer curso del ciclo de transporte, estaba exhausta, sin energía y lo que no quería hacer era escribir por escribir. Y no es que en este espacio pretenda que queden reflejados pensamientos muy profundos (por lo menos no más profundos de lo que pueda ser una pecera) pero sí algo que valga la pena detenerse a leer cuando alguien pase por aquí aunque sea esporádicamente o incluso de casualidad.

Lo dejé cuando tenía ya algunos seguidores que comentaban y a los que yo devolvía la visita cortésmente para dejar también mi opinión sobre lo que ellos escribían. Gente muy variada, con intereses y motivaciones diferentes pero que valía la pena leer. Vuelvo a éste, mi espacio, para descubrir que muchos de ellos han dejado de escribir en mi ausencia. ¿Quién sabe?, quizás un día de estos cambian para ellos las circunstancias que les empujaron a dejar de escribir y retoman sus diarios.

Dos años no son mucho en la vida de una persona. Eso pensé yo cuando me embarqué en el ciclo de transporte pensando que valía la pena invertir ese tiempo en formarme para un trabajo que nos vendieron como seguro. Pero la galopante crisis financiera nos ha acompañado a lo largo de estos dos años y nos ha dejado a la mayoría de nosotros sin expectativas. En definitiva, aquellas ganas de cambiar de trabajo, de olvidarme del mundo de la enseñanza se han visto, si no rotas, sí aplazadas.

Haciendo balance de estos dos años debo decir que aunque el final no ha sido como yo esperaba en lo referente a lo laboral, estoy contenta por todo lo conseguido en lo académico pero sobre todo en lo personal: un grupo de amigos con los que compartir inquietudes y con los que a menudo quedo para salir y pasar un buen rato.

Y ahora, casi un año después de haber parado de esa actividad frenética (para colmo este año ya no estoy a media jornada, sino a un tercio, es decir, seis horas de clase más dos de guardia) siento que tengo tiempo y la necesidad de retomar mis escritos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una vez conocí a alguien que decía que había dos tipos de personas: "las que valen para todo y las que solo valen para una cosa". Se podría discutir la frase que yo traduciría en que los dos tipos podrían ser los simples y los complejos. Complejos, que no complicados, son aquellos que tienen múltiples facetas, que construyen, se construyen,que aportan, que se proyectan,que buscan dentro de sí todo su potencial. Y los otros, los simples,son los que permanecen a la deriva con su billete de viaje organizado esperando al guía en la esquina, que aquél le mostró. El tipo complejo practica el ensayo-error y va creándose un perfil único y particular, expuesto a comentarios, y a la propia presión de sentir que se equivoca al no ir por camino allanado.
Habrás de seguir con tu sistema de ensayo-error, de multifunción,y de proyección. Los simples no aportan agotan.