Todos estos preparativos hacen que la tarde del viernes sea una carrera contrarreloj, un sinfín de viajes arriba y abajo llenando bolsas e intentando no olvidar nada. La recompensa de tanto trabajo son dos días de total y absoluta desconexión y despreocupación.
Estos fines de semana han sido como un bálsamo reparador de tanta mediocridad semanal. Cambiar de lugar, de aires, de rutina regenera los ánimos y, aunque el cansancio con el que hemos vuelto a casa a veces ha sido notable debido sobre todo a lo anteriormente mencionado, lo cierto es que seguimos escapándonos a Cambrils siempre que podemos a disfrutar del mar y de un merecido ¿descanso?
Anabel y Elena disfrutando en la piscina de la urbanización.
¡Esto sí es piscina privada!
2 comentarios:
Oi, achei teu blog pelo google tá bem interessante gostei desse post. Quando der dá uma passada pelo meu blog, é sobre camisetas personalizadas, mostra passo a passo como criar uma camiseta personalizada bem maneira. Até mais
A mi me han contagiado ya....necesito una albarqueada...
Saludos
Publicar un comentario