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viernes, 28 de septiembre de 2007

La unión hace la fuerza.

Por lo visto existe desde hace unos años la figura del “educador/a” (en Cataluña reciben el nombre de “vetllador/a”) en los colegios y también en los institutos. Si sabía de su existencia es porque en el colegio donde asisten mis hijas, hace dos años que esta plaza está concedida debido a unas necesidades de atención especial que requieren ciertos alumnos. Esta figura, cuya función en muchos casos queda un poco difusa pero que puede oscilar entre apoyo para el alumnado y apoyo al profesorado, resulta de vital importancia para llevar a cabo unas clases aprovechables para todos.

Por primera vez en mi vida comparto aula con esta figura en una clase difícil de manejar no sólo por tener allí a cuatro alumnos marroquíes, tres rumanos, un guineano, una colombiana y otros tantos alumnos españoles con unas necesidades especiales, sino porque además uno de ellos tiene una discapacidad importante. La dinámica de grupo en esta variopinta clase puede en algunos momentos rozar la violencia y no sólo entre ellos, que esto en algún momento de pique pude resultar normal en cualquier clase de adolescentes, sino incluso para los profesores (con decir que en las primeras reuniones ya nos avisaron que uno de los alumnos ya había levantado la mano a profesores en primaria, está todo dicho).

Las dos primeras semanas de curso con estos alumnos resultaron un poco caóticas por tener que andar parándoles los pies y frenando impulso violentos que impedían el transcurso de la clase de una manera normal y pacífica. Esta semana el horario de este profesor “educador” ha quedado ya establecido una vez observadas las necesidades mas acuciantes y la verdad es que se ha notado una mejora en el comportamiento de los chicos. Aunque todavía se observan piques entre ellos y la faena de apaciguar los ánimos es importante, el que haya dos profesores en el aula hace que tu labor de enseñanza salga mejor y que la clase resulte más gratificante para todos.

¡Qué diferencia respecto al año pasado! ¡Cuánto apoyo y cuántos recursos puestos a mi disposición! No puedo por más que estar agradecida y satisfecha. Por supuesto mi mejor gesto de gratitud es mi esfuerzo e implicación.

3 comentarios:

LaReinaDelSur dijo...

Da alegría leerte! Así me gusta!
Ahora toca paciencia con las fierecillas de tus alumnos. Aunque como dices, esos piques son normales... son adolescentes!

Y qué alegría!!! Voy a tener un regalito tuyo!!! Yuhuuuuuu! Me hace mucha ilusión, en serio. Te dejo mi e-mail: thesouthsqueen@gmail.com
Impaciente estoy porque te pongas en contacto conmigo!!!

Besitos

Satrústegui dijo...

Me alegra mucho que te vaya bien en el asunto de controlar a estos niños. Esa edad es muy dura, más cuando se está en otro pais y si le añadimos que los adolescentes son cabritos.

Ánimo Merba, que siga bien tu noble labor!

Anónimo dijo...

No sé qué me ha gustado más: si comprobar que se utilizan correctamente los recursos y se dirigen los esfuerzos de forma coherente hacia donde se necesitan...o tu frase final: tu mejor agradecimiento es tu esfuerzo e implicación..¡si señora!. Eres un lujo leer esto.