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miércoles, 25 de abril de 2007

Abril, aguas mil

Estas vacaciones de Semana Santa han estado a la altura del dicho popular. Y no podemos quejarnos porque después de tanto tiempo de sequía, con los pantanos bajo mínimos y la amenaza de restricciones de agua, debemos estar agradecidos de que seamos bendecidos con la lluvia que ha caído. Aunque bien mirado, podría haber llovido pero respetando esos esperados días de fiesta en que mucha gente sale, cambia de ambiente y en los que resulta tan molesta la lluvia. Y es que ya se sabe, nunca llueve a gusto de todos.

En Cambrils no es que haya molestado mucho la lluvia, sobre todo si lo comparamos con los que casi “han bebido agua a morro” y han tenido que pasar las noches en vela vigilando la crecida del río, pero sí lo suficiente como para estropear un par de tardes, que de haber sido soleadas, hubieran lucido más y hubieran dado más sensación de fiesta. El único día que amaneció soleado fue el domingo de Pascua (debía ser por lo que he dicho antes de que hace más fiesta y después de todo no deja de ser una fiesta eso de la posibilidad de la resurrección), día en que madrugamos para regresar a Fraga para celebrar “la mona” con nuestros compañeros. Dejamos Cambrils con aquella rabia de pensar que la meteorología nos había jugado una mala pasada pero nos consolamos diciendo que tampoco estaba mal ya que eso significaba que tendríamos un espléndido y soleado día de “mona”.

Nuestra alegría se iba truncando así como íbamos avanzando en nuestro camino de vuelta a casa. Ya a mitad de camino, el termómetro en el interior del coche que marca la temperatura exterior había descendido hasta la mitad de lo que marcaba a la salida de Cambrils. Poco a poco, y casi sin darnos cuenta, nos encontramos inmersos en un banco de niebla que nos acompañó hasta Fraga. Nuestro gozo en un pozo. Afortunadamente, así como fue transcurriendo la mañana, el día se arregló (que en términos de fiesta quiere decir que la niebla se desvaneció y que el sol brilló con todo su esplendor). Bien está lo que acaba bien.

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