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miércoles, 1 de septiembre de 2010

Carta al Departament d´Ensenyament de la Generalitat de Catalunya.

Estimado Departament d´Ensenyament:

Ya disculpará que esta carta no esté escrita en catalán pero atendiendo a su falta de consideración hacia una de sus trabajadoras, comprenderá que no me tome la molestia de andar buscando ni comprobando la ortografía de palabras en un diccionario sólo para satisfacer su ego nacionalista.

Aunque el tono de esta misiva pueda parecer hostil, lo cierto es que está pensada como carta de agradecimiento. Cómo si no agradecer el que hoy en día tengamos trabajo aquellos que por muchos años que llevemos al servicio del Departament, al fin y al cabo no hemos luchado suficientemente por una plaza fija de funcionario.

Le agradezco que durante los seis de los casi diez años que llevo al servicio del Departament, haya podido conocer pueblos y lugares que jamás hubiera conocido si no hubiera sido destinada y obligada a ir. Asimismo le agradezco que durante los cuatro últimos cursos, y como resultado de esos primeros sacrificios, haya podido estar cerca de casa aunque lo haya tenido que hacer trabajando con jornadas reducidas y “mega-ultra” reducidas (ya disculpará usted la jerga pero es lo que tiene andar entre chavales todo el día). No crea, un tercio de jornada, que es lo que el Departament puso de moda el año pasado con la crisis ya instalada en todo el país, además de resultar un pasatiempo bien remunerado, ha sido para muchos de nosotros la única opción de trabajo posible.

El sueño de conseguir con esfuerzo y sacrificio un número bajo como interino se ha convertido en nuestra gran pesadilla. En la historia de las adjudicaciones de plazas vacantes, nunca un número tan bajo había perjudicado tanto a este colectivo. Quiero pensar que a modo de celebración por mi décimo aniversario en esta empresa, el Departament ha tenido la consideración de premiarme con una plaza lejana que me obligará a conducir dos horas al día poniendo en peligro mi vida y mi salud (quiera que mi espalda y mi ciática aguanten semejante trajín) y devolverme así a los orígenes. Lo que no sabe usted es que, a estas alturas, los interinos veteranos estamos demasiado “quemados” y que los orígenes, aunque nos recuerden a un tiempo pasado, no son por ello en absoluto deseados. Eso sí, agradecerle que gracias al trabajo que nos dan tengamos un futuro lleno de incertidumbre (me pregunto cuál será mi próximo destino este curso cuando acabe mi sustitución en Artesa de Segre: ¿será mejor?, ¿será peor? ¿Ah?), lleno de inquietud (¿conseguiré adaptarme a tantos compañeros y alumnos nuevos?), en definitiva lleno de emociones.

Atentamente,

sábado, 3 de julio de 2010

Otro curso escolar

El día 30 de junio de este año ha acabado para mí el que ha sido el noveno curso de mi historial laboral en el Departament d´educació de la Generalitat de Catalunya. Un año marcado por la crisis y la novedad de los nombramientos telemáticos que tanta polémica generaron a principios de curso por los desafortunados destinos que nos asignaron a todos los que formamos parte de la bolsa de interinos. En vista de lo que a muchas de las chicas que iban por delante de mí les fue adjudicado (más o menos cortas sustituciones a jornada completa en los paradisíacos pero remotos territorios de la provincia de Lleida) debo decir que tuve mucha suerte de que me fuera adjudicada un tercio de jornada en un instituto que se encuentra a la entrada de Lérida y que por tanto me evitaba tener que perder tiempo a la hora de acceder a él desde Fraga.

Con esas migajas, pero muy consciente de mi suerte, he estado yendo tres días por semana a cubrir mis ocho horas de trabajo semanal a la espera de mejores tiempos para el año que viene. No obstante, harta ya de tanto andar de aquí para allá, de ir cambiando de centro a cada curso escolar, me propuse no dejarme implicar ni lo más mínimo en el centro ni con mis compañeros. Lo de implicarme, aunque poco, lo he hecho en algunas ocasiones, sobre todo en aquellos centros en los que me he sentido a gusto y bien recibida pero resulta frustrante puesto que cada septiembre me encuentro con la decepción de no repetir en ellos y tener nuevamente que adaptarme a otro. Estoy harta de andar representando la misma función cada año, de dejar en cada uno de los centros y en cada una de las personas que conozco un poco de mi vida y un trozo de mi piel. Podríamos decir que he pasado, por tanto, sin pena ni gloria por el prestigioso y muy apreciado IES Marius Torres durante el curso en que se ha celebrado el centenario del nacimiento del poeta que lleva su nombre. He sido esa chica morena de Fraga con los que la mayoría no han hablado y de la que se desconoce qué asignatura imparte ni cuál es su nombre.

Dos días después de haber acabado el curso, durante unas jornadas de formación que han tenido lugar en el instituto para aquellas persona que van a formar parte del claustro de profesores del curso que viene y a las que he querido asistir a pesar de saber a ciencia cierta que yo no formaré parte de ellos, un compañero de departamento (un señor mayor ya, muy “quemado” de su profesión) me felicitaba por mi carácter discreto y mi serenidad: “¿tú te tomas así también ( tan bien) la profesión de enseñar?” Y a modo de consejo, que yo siempre recibo amablemente pero que afortunadamente ya me dieron otros durante el primer año como profesora en el sector público, me dice que no vale la pena sofocarse por nada ya que muchas veces es eso precisamente lo que persiguen los alumnos, verte desencajado y fuera de tus cabales. Pues ese mismo señor acto seguido me pregunta: “¿Tú que haces, catalán, no?” y “¿cómo te llamas? Pues no, no doy catalán, sino inglés, como tú (es que a mí esto de tratar de usted a un compañero, aunque sea mayor, me resulta muy raro) y me llamo Mercè. Pensé que era penoso que un compañero de departamento no se acordara de mi nombre después de haber pasado en el mismo centro diez meses de nuestra existencia aunque por otra parte me confirmaba el cumplimiento de ese objetivo con el que empecé el curso.

Por cierto este curso de formación al que he asistido no ha hecho más que confirmarme lo poco que contamos los profesores “itinerantes” para el claustro de un centro. El tema del curso era el nuevo proyecto educativo que a nivel nacional ha sido bautizado como “escuela 2.0” haciendo alusión a las nuevas herramientas de comunicación y participación en intenet al alcance de cualquier persona y que en la comunidad catalana han llamado “educat 1x1” y que supone el uso de un ordenador personal por alumno para acceder a la enseñanza digitalizada. Pues bien, durante las sesiones del curso se han estado repartiendo los ordenadores tipo netbook para uso personal de aquellos que el próximo curso deberán impartir clases en primero y segundo de la ESO. Por supuesto, una aquí presente se ha quedado sin el artilugio tecnológico porque vete tú a saber dónde pararé yo el curso que viene. De todas maneras, he querido beneficiarme de la formación porque independientemente de dónde vaya a parar el próximo curso, es seguro que estas tecnologías forman parte ya de nuestro presente y debemos evolucionar con ellas. Al ser la única que me quedaba sin el netbook y por consiguiente tomaba notas en mi sufrida libreta me he permitido hacer la gracia de decir que yo me he quedado en la escuela 1.0 cuando el resto estaba intentado la inmersión en la escuela 2.0. La mayoría no me han entendido porque desconocen el nombre del proyecto general y han pensado que era yo la que me inventaba el nombre. He tenido que aclararles que eso del “educat 1x1” está dentro del proyecto de “escuela 2.0”.

Sea como fuere, y a pesar de quedarme sin netbook y probablemente sin la ocasión de participar en este proyecto el curso que viene, me gusta aprender y a poder ser no quedarme atrás en lo que se va imponiendo de cada vez más en la sociedad y por supuesto en la educación. Es por esto que este año, y sin que nadie lo sepa excepto yo misma y mis alumnos, he estado aplicando la nuevas herramientos web 2.0 a la educación y mis alumnos han aprendido que Internet es mucho más que “Facebook” o el “Messenger”. Mi proyecto "secreto", A Colourful English Adventure da fe de que mis alumnos han aprendido algo más que inglés este año. Pero de esto quizá nunca nadie de los institutos en los que he estado o llegue a estar sepa nada…

miércoles, 23 de junio de 2010

La casa de Almatret

Almatret es un pueblo de la provincia de Lérida en la comarca del Segriá que limita con la provincia de Tarragona y con la de Zaragoza, con las que comparte el discurrir del río Ebro (de hecho Almatret es el único pueblo de la provincia de Lérida por el que este río fluye). Con esto he dicho menos que lo que cualquier persona podría encontrar casualmente en Internet. Sin embargo, si digo que Almatret es el pueblo en el que nació y vivió mi madre hasta que se casó y al que mis padres nos llevaban a mi hermano y a mí cada fin de semana de nuestra infancia y adolescencia y en el que están gran parte de mis recuerdos de estas dos etapas, seguramente esa objetividad con la que empezaba este escrito se desvanezca y empiece un periplo lingüístico cargado de impresiones, sensaciones y sentimientos que difícilmente pueden tener cabida en una página oficial de un sitio.

Como niña, recuerdo Almatret como mi paraíso de libertad. Libertad en todos los sentidos ya que no sólo pasaba allí los dos meses de vacaciones escolares bajo la tutela de mis abuelos, liberada de los más estrictos mandatos de mis padres, sino también porque la vida en un pueblo en el que a penas había tráfico nos permitía andar todo el día con las bicicletas y acercarnos a las balsas y masías que bordeaban el pueblo con total despreocupación tanto de grandes como de pequeños.

La casa de mis abuelos en la plaza mayor del pueblo era y sigue siendo una casa con encanto. Durante muchas generaciones fue una tienda en la que se vendía de todo un poco. Testigo de esta actividad comercial son los mostradores y las estanterías que cubren las paredes de la entrada a la casa que aún hoy perduran. Multitud de cachivaches varios (pesas para balanzas, botellas de vidrio y de medición para la venta de líquidos y en general todo aquello de lo que tanto mi bisabuelo como mi abuela hicieron uso, fueron retirados poco a poco después de la muerte de mi abuela. No obstante, estoy segura que si abriese alguno de los pequeños cajones que en su tiempo estuvieron destinados a albergar alfileres, hilos, velas, botones, etc… todavía hoy encontraría algo que no dejaría de sorprenderme. En casa de mis abuelos, todo cabía y de todo había. Curiosamente hoy en día mis hijas, que no se han criado en Almatret y que de la casa conocen sólo ese encanto de lo antiguo y decadente pero ya sin vida propia, insisten en ir allí y deambular por sus laberínticas habitaciones, abrir armarios y encontrar los más curiosos objetos que formaron parte de la vida cotidiana de mis abuelos en una época en que la casa estaba llena de vida. Para ellas eso sería una aventura similar a explorar una isla desierta que promete el hallazgo de un gran tesoro a quien se atreva a rastrearla. A los adultos, sin embargo, nos invade una especie de pereza que más bien se asemeja a un sentimiento de derrota al ver el estado ruinoso de esa casa a la que nosotros sí nos sentimos afectivamente vinculados.

Nadie se preocupó de ir manteniendo la casa en buen estado. Mi abuela la heredó como heredó la profesión de su padre y unas mínimas reformas permitieron que la vida pudiera continuar en ella en condiciones decentes. Después de la muerte de mi abuelo en el año 1997, y del subsiguiente abandono de la casa por parte de mi abuela para venirse a vivir a Fraga con mis padres, marcó el inicio del deterioro y la decadencia total.

Durante un tiempo se contempló la posibilidad de demolerla y construir una nueva casa, más sencilla, pero la verdad es que nadie de nosotros se ha atrevido a gastar el dinero que supondría levantarla de nuevo sobre todo cuando ya nadie de nosotros tiene tirada de ir a Almatret. Quizás eso de que no tenemos tirada haya sido debido a que la casa dejó de estar en condiciones hace muchos años porque lo cierto es que Almatret es un lugar ideal para veranear: a tan solo treinta y cinco Kms. de Fraga encontramos buen paisaje y buena temperatura. ¿no es eso lo que buscamos la mayoría de las veces cuando vamos de vacaciones?

A veces uno tiene la voluntad y el deseo de volver al lugar en el que fue feliz pero se encuentra con el obstáculo de que la persona con la que se comparte la vida no guarda ningún vínculo afectivo con dicho lugar. De todas formas, yo no descarto volver algún día allí porque soy incapaz de imaginar mi vida totalmente desvinculada de Almatret. La vida da muchas vueltas y quién sabe si algún día esa casa vuelva a recuperar su esplendor y, aunque sea dos generaciones más tarde, “Casa Ramundeto” pueda volver a abrir sus puertas.



miércoles, 16 de junio de 2010

Jergas farragosas

Cualquier grupo o colectivo tiene un conjunto de vocablos que sólo aquellas personas que se mueven por ese mundillo llegan a comprender dejando a aquellos otros que no habitan en él en la más absoluta perplejidad. Es como si a través del lenguaje intentáramos dar más importancia a aquellas cosas que cada uno de nosotros hacemos en el día a día; como si las palabras rimbombantes (y que dejan a los que las desconocen con esa sensación de “¿qué demonios será eso? pero suena como si fuera algo importante…”) envolvieran con un halo de ambigüedad todas las actuaciones propias de un gremio.

Particularmente siempre he encontrado pretencioso eso de no llamar a las cosas llanamente por su nombre y que se insista en etiquetar con nombres sólo aptos para expertos en la materia a actividades cotidianas.

El lenguaje legislativo es el que más abusa de los términos rimbombantes y no contento con ello también lo hace con una sintaxis que resulta farragosa e incomprensible. El lenguaje de la legislación que ampara nuestro sistema educativo tampoco escapa a esta tendencia. Es por eso que muchas veces los profesores ( y digo muchas veces porque ¡mira que han cambiado veces las leyes de educación en este país últimamente!) debemos pararnos a pensar qué es realmente lo que nos quieren decir cuando a lo que has estado haciendo siempre va de pronto y descubres que le han cambiado el nombre arbitrariamente.

A continuación os dejo un compendio de jerga utilizada en la LOE (Ley de Orgánica de Educación) que descubrí en un blog educativo catalán que mantiene Montse Escoi Martínez y que traduzco del catalán:

ADAPTACIÓN CURRICULAR : Dar libros de primaria a los alumnos de secundaria.

ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD: Dedicar más tiempo a los alumnos que no sirven para estudiar que a los que sirven.

EVALUACIÓN INICIAL : Test de principio de curso que sirve para que el profesor constate que los alumnos no saben nada.

EVALUACIÓN FORMATIVA: Exámenes parciales.

EVALUACIÓN SUMATIVA: Exámenes finales.

COMPETENCIA SOCIAL: Se dice que un alumno tiene "competencia social" cuando el chico sabe leer, es bastante bien educado y sabe contar el cambio que le devuelven a las tiendas.

COMPETENCIAS BÁSICAS: Saber hacer la O con un "canuto".

CONSTRUCTIVISMO: Secta fanática (y peligrosa) que afirma que los niños deben hacer las cosas solos y que propugna que el profesor, mientras tanto, debe limitarse a mirar.

CURRÍCULUM: Programa, plan de estudios (pero en latín, que queda más guay)

DIVERSIDAD: Conjunto de alumnos justitos y / o vagos. También se incluyen los gamberros y los predelincuentes.

EJES TRANSVERSALES: Intentar que los alumnos sean buenos muchachos.

ESCUELA INCLUSIVA: Poner las manzanas sanas y las podridas en el mismo saco. (La intención es que las podridas se vuelvan sanas pero el resultado es que muchas de sanas, acaban podridas)

ESTABLECER UNA RELACIÓN DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: Hacer clase

EXCELENCIA: Hmmm ... Este diccionario no es lo suficientemente potente. Es mejor que le pregunte a tete.

PEDAGOGO: Brujo. Persona que se cree muy lista pero que no tiene ni p ... idea.

Polivalencia CURRICULAR: Fenómeno que se da cuando un profesor de física da clases de sociales. (El profesor hizo un cursillo sobre la guerra civil española)

PONER LOS ALUMNOS EN SITUACIÓN DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: Hacer que se sienten y se callen.

PRÁCTICA REFLEXIVA: Contar hasta 10 y respirar hondo para reprimir las ganas de insultar a un alumno. (Y por supuesto, de darle una colleja, que vale 30 Euros-véase jurisprudencia correspondiente-)

SALUD Y BIENESTAR DEL PROFESORADO: No acabar encerrado en el manicomio. Prescindir de los servicios del foniatra.

(NUEVAS) TECNOLOGÍAS: Informática.

TIC: Informática (cuando ya te has cansado de decir "Nuevas Tecnologías")

TAC: Informática (cuando ya te has cansado de decir TIC)

Me parece que acierta y coincide con lo que muchos profesores pensamos de tanta jerga farragosa.

viernes, 4 de junio de 2010

El abanico en la pintura

Durante una corta pero intensa estancia en Milán pude comprar un libro titulado Leggere que recogía pinturas en las que aparecían personajes leyendo, mayoritariamente mujeres (habrá que estudiar ese fenómeno), junto a famosas citas literarias que versaban sobre el acto de leer o sobre la palabra escrita. Pocos días más tarde de haber comprado el libro y ya en casa supe que circulaban por la red algunas presentaciones, más o menos extensas, de esas obras. Estas presentaciones me han inspirado para llevar a cabo una búsqueda de pinturas en las que apareciera el abanico y recogerlas en una bonita presentación. Aquí dejo, pues, pinturas de todos los tiempos y estilos para deleite de los que os guste la pintura.



jueves, 3 de junio de 2010

Tiempo de abanicos

El abanico tiene el encanto de las cosas sencillas. Está, por tanto, dentro del grupo de objetos cotidianos de mecanismos sencillos pero tan eficaces y útiles para la humanidad que nadie ha podido mejorar. Y es por ello que ha sido utilizado en todas las culturas y en todos los tiempos sin que cambie un ápice la manera de ser utilizado.

Quizás el hecho de que no se haya podido mejorar su mecanismo ha contribuido a que sí lo haya hecho su diseño. Existen abanicos hechos de todos los materiales imaginables. Los hay económicos hechos con sencillas varillas de madera y un humilde retal de ropa y los hay sofisticados y exclusivos hechos con varillas de nácar y tela pintada a mano a modo de lienzo en miniatura. Los más delicados y vaporosos hechos de encaje de bolillos, sin embargo, pierden esa función práctica de remover el aire que nos envuelve y más bien merecen ser enmarcados para deleite de nuestros ojos como de si una obra de arte se tratara.

Mi atracción por este curioso objeto viene marcada por varias razones. Una de las razones obedece a la comparación que mi mente establece con otro objeto muy apreciado por mí y tan sencillo como el abanico: el libro. La manera en que éste último se abre y la figura que sus páginas abiertas dibujan me recuerda al abanico. Al abrirlos ambos dejan entrever lo que en ellos se esconde: la mayoría de abanicos contienen como las pinturas una historia detenida en el tiempo; los libros contienen una historia igual de estática hasta que el lector la pone en movimiento con su lectura. Ambos, por tanto, requieren por parte de quien los tiene en sus manos que sus respectivas historias se pongan en “movimiento”.

El abanico me trae recuerdos de mi infancia. Mi abuela tenía varios abanicos pero el más grade de ellos, uno completamente negro pero de varillas tan largas que al abrirlo dibujaba un semicírculo enorme que generaba generosos soplos de aire con tan sólo dejarlo caer sobre tu pecho, lo utilizaba en las noches calurosas de verano. Yo, desde el otro lado del tabique que separaba su habitación de la mía, oía cada noche cómo ella se abanicaba. El ruido producido por el abanico en su vaivén y aquel producido por el repentino cerrar y abrir del abanico con un golpe seco de muñeca se quedo fijado en mi memoria y aún es hoy que me gusta emular ese gesto por el mero hecho de recordar el sonido y lo que a él va asociado.

Sin embargo, es curioso cómo mi hija, sin saber ella nada de las costumbres veraniegas de mi abuela, ha tomado el relevo en esa tarea de abanicarse cada noche antes de dormirse. Me resulta extraño porque si la finalidad de hacerse aire es precisamente la de facilitar la conciliación del sueño, ¿no es a su vez un esfuerzo que hace que no podamos dormirnos? No sé, aunque rara, el hecho de que mi hija haya “heredado” (¿se pueden heredar los gestos?) esa costumbre, además de sorprenderme me encanta.

A pesar de gustarme los abanicos, no soy yo persona que los utilice a menudo. Hoy en día, con el uso tan extendido, y a veces abusivo, de los aparatos de aire acondicionado el abanico ha caído en desuso. Atrás ha quedado ese lenguaje secreto atribuido a tan sensual objeto y tan sólo puede verse en manos de señoras mayores en contadas ocasiones.

Para que veáis lo complejo que puede llegar a ser cualquier lenguaje, aquí os dejo una recopilación de los mensajes secretos que el uso del abanico podía llegar a comunicar.

EL LENGUAJE DE LOS ABANICOS

1.- El abanico colocado cerca del corazón: " Has ganado mi amor "
2.- Cerrar el abanico tocándose el ojo derecho: " Cuando podré verte"
3.- El número de varillas muestran la contestación a una pregunta: " A que hora "
4.- Hacer movimientos amenazadores con el abanico cerrado: " No seas tan imprudente"
5.- Abanico medio abierto presionado sobre los labios: " Puedes besarme "
6.- Las dos manos juntas sujetando el abanico abierto: " Olvídame"
7.- Cubrirse la oreja izquierda con el abanico abierto: " No reveles nuestro secreto"
8.- Esconder los ojos detrás del abanico abierto: " Te quiero"
9.- Cerrar un abanico, totalmente abierto lentamente:" Prometo casarme contigo"
10.- Acercar el abanico alrededor de los ojos: " Lo siento"
11.- Tocar con el dedo la parte alta del abanico: "Desearía hablar contigo"

12.- Dejar el abanico descansado sobre la mejilla derecha: " Si "
13.- Dejar el abanico descansado sobre la mejilla izquierda: " No "
14.- Abrir y cerrar el abanico varias veces: " Eres cruel"
15.- Descender el abanico: " Seremos amigos "
16.- Abanicarse lentamente: " Estoy casada"
17.- Abanicarse rápidamente: " Estoy comprometida "
18.- Poner el abanico sujetándolo sobre los labios: " Bésame "
19.- Abrir totalmente el abanico: " Espérame "
20.- Situar el abanico detrás de la cabeza: " No me olvides "
21.- Situar el abanico detrás de la cabeza con el dedo extendido: " Adiós "
22.- Situar el abanico delante de la cara con la mano derecha: " Sígueme "

23.- Situar el abanico delante de la cara con la mano izquierda: " Estoy deseosa de sus conocimientos "
24.- Mantener el abanico sobre la oreja izquierda: " Deseo deshacerme de ti "
25.- Mover el abanico alrededor de la frente: " Has cambiado"
26.- Dar vueltas al abanico con la mano izquierda: " Nos están viendo "
27.- Dar vueltas al abanico con la mano derecha: " Quiero a otro "
28.- Llevar el abanico abierto en la mano derecha: " Eres demasiado ferviente "
29.- Llevar el abanico abierto en la mano izquierda: " Vamos, y me cuentas "
30.- Mover el abanico entre las manos: " Te odio "
31.- Mover el abanico alrededor de la mejilla: " Te quiero "
32.- Entregar el abanico cerrado: " ¿ Me quieres ? "

Y para los que queráis saber más sobre la historia y evolución del abanico podéis leer este post.

martes, 25 de mayo de 2010

Mis cuentos

En mi incesante búsqueda por la red de aplicaciones que pudieran resultar interesantes a la vez que educativas para llevar a cabo actividades TIC en clase de lengua extranjera, he descubierto Storybird, una fantástica aplicación que nos permite no sólo leer cuentos creados por cualquier usuario, sino también, una vez dados de alta como usuarios mediante una cuenta gratuita, nos permite crear nuestros propios cuentos. La aplicación permite compartirlos con amigos y familiares y además el cuento a crear puede convertirse en un proyecto colaborativo, es decir, podemos empezar a crear nuestro propio cuento para más tarde invitar a alguien a que lo siga o termine. Este aspecto de escritura colaborativa está muy en sintonía con lo que hoy en día se promueve desde la Ley Orgánica de la Educación.
Creo que el uso de esta aplicación puede resultar muy educativo por cuanto fomenta el aprendizaje de cualquier lengua y pone en funcionamiento la imaginación, un don con el que todos los niños nacen pero que desgraciadamente, por falta de tiempo y debido a la masiva introducción de aparatos electrónicos que los relega al papel de meros espectadores, acaban por no utilizar.
El único problema es que si nos decidimos a escribir el cuento en cualquier idioma que no se el inglés, la aplicación no nos permitirá compartirlo plenamente a través de redes sociales o incluso insertarlo en blogs personales. En ese caso deberemos conformarnos con compartirlo via e-mail y acceder a él a través de un enlace.
Con motivo de tan sorprendente hallazgo y sobre todo para poner a mi imaginación en jaque, he abierto un nuevo blog en el que voy a publicar cuentos creados en esta página y quizás otras que pueda encontrar. Mis cuentos, que así se llama el blog, va a suponer un nuevo reto: el de escribir sobre ficción ( no he sido yo una persona muy dada a la imaginación) para unos lectores jóvenes (o quizás no tan jóvenes).
Desde hoy mismo podéis leer mi primer libro que, al haber sido escrito en castellano, está enlazado a mi cuenta de storybird. Pronto intentaré publicar uno en inglés para que todos podamos ver el efecto del cuento insertado en el blog.

martes, 18 de mayo de 2010

Annabel Lee

Annabel Lee es un poema de Edgar Allan Poe que siempre me ha gustado a pesar de que el tema de la muerte pueda no resultar muy atractivo. La muerte, aunque acaba separando los cuerpos de los amantes, no así sus almas que siempre permanecerán juntas.
Me gusta la sonoridad y musicalidad que le confiere a todo el poema la aliteración. Aquí os dejo un trozo del poema en inglés.


Y aquí el poema en su versión original íntegra y la traducción al castellano.

It was many and many a year ago,
In a kingdom by the sea,
That a maiden there lived whom you may know
By the name of ANNABEL LEE;
And this maiden she lived with no other thought
Than to love and be loved by me.

I was a child and she was a child,
In this kingdom by the sea;
But we loved with a love that was more than love-
I and my Annabel Lee;
With a love that the winged seraphs of heaven
Coveted her and me.

And this was the reason that, long ago,
In this kingdom by the sea,
A wind blew out of a cloud, chilling
My beautiful Annabel Lee;
So that her highborn kinsman came
And bore her away from me,
To shut her up in a sepulchre
In this kingdom by the sea.

The angels, not half so happy in heaven,
Went envying her and me-
Yes!- that was the reason (as all men know,
In this kingdom by the sea)
That the wind came out of the cloud by night,
Chilling and killing my Annabel Lee.

But our love it was stronger by far than the love
Of those who were older than we-
Of many far wiser than we-
And neither the angels in heaven above,
Nor the demons down under the sea,
Can ever dissever my soul from the soul
Of the beautiful Annabel Lee.

For the moon never beams without bringing me dreams
Of the beautiful Annabel Lee;
And the stars never rise but I feel the bright eyes
Of the beautiful Annabel Lee;
And so, all the night-tide, I lie down by the side
Of my darling- my darling- my life and my bride,
In the sepulchre there by the sea,
In her tomb by the sounding sea.

Hace muchos, muchos años,
en un reino junto al mar,
vivía una doncella
cuyo nombre era Annabel Lee;
y vivía esta doncella sin otro pensamiento
que amarme y ser amada por mí.

Yo era un niño, una niña ella,
en ese reino junto al mar,
pero nos queríamos con un amor que era más que amor,
yo y mi Annabel Lee,
con un amor que los serafines del cielo
nos envidiaban a ella y a mí.

Tal fue esa la razón de que hace muchos años,
en ese reino junto al mar,
soplara de pronto un viento, helando
a mi hermosa Annabel Lee.
Sus deudos de alto linaje vinieron
y se la llevaron apartándola de mí,
para encerrarla en una tumba
en ese reino junto al mar.

Los ángeles, que no eran ni con mucho tan felices en el Cielo,
nos venían envidiando a ella y a mí…
Sí: tal fue la razón (como todos saben
en ese reino junto al mar)
de que soplara un viento nocturno
congelando y matando a mi Annabel Lee.

Pero nuestro amor era mucho más fuerte
que el amor de nuestros mayores,
de muchos que eran más sabios que nosotros,
y ni los ángeles arriba en el Cielo,
ni los demonios abajo en lo hondo del mar,
pudieron jamás separar mi alma
del alma de la hermosa Annabel Lee.

Pues la luna jamás brilla sin traerme sueños
de la bella Annabel Lee;
ni las estrellas se levantan sin que yo sienta los ojos luminosos
de la bella Annabel Lee.
Así, durante toda la marea de la noche, yazgo al lado
de mi adorada -mi querida- mi vida y mi prometida,
en su tumba junto al mar,
en su tumba que se eleva a las orillas del mar.

Y no olvidemos la versión musical que en su día hizo Radio Futura de este fabuloso poema

jueves, 6 de mayo de 2010

Estereotipos

Siempre me ha llamado poderosamente la atención esa curiosa tendencia del ser humano a reducir la diversidad a unos pocos sustantivos o adjetivos como queriendo compartimentar, y supongo que así entender mejor, la compleja realidad en la que nos movemos. Usar estereotipos es tan peligroso como simplista. Los estereotipos surgen generalmente del desconocimiento y de erróneas deducciones tomadas después de unas primeras impresiones. Por lo general los estereotipos se nutren de prejuicios que a menudo dañan la imagen de las personas etiquetadas y predisponen a quienes creen en estas burdas y simples clasificaciones a no aceptar ni comprender otras maneras de hacer.

Todos sabemos que España no es sólo un país de toros, flamenco y sol, sobre todo aquellos que estamos bastante alejados del sur; sabemos que España es suficientemente grande como para encontrar multitud de tradiciones, costumbres y fiestas por las que podría ser igualmente conocida pero que por los motivos que sean (y quizás uno de ellos es que desde el propio país se haya estado fomentando esa imagen que queremos que se tenga de nosotros en el extranjero) se fija en la retina y la “cultureta” popular de los otros esa imagen estereotipada. Y aún sabedores de todo esto, obramos de igual manera cuando pensamos en gentes de otros países y otras culturas.

Este mapa que os dejo aquí me ha parecido interesante por cuanto refleja y deja constancia de lo que los Americanos piensan de los diferentes países europeos. No sorprende ver el toro en nuestro país aunque sí que el sol tenga en nuestras mujeres ese efecto de ponernos a todas ardorosas y sensuales (hot chicks = tías buenas y calientes).

Aunque equivocada, cuando menos tienen alguna idea de nuestro país. Peor parte se llevan los portugueses o los países más alejados del este de Europa. Por no hablar de Hungría (en inglés pronunciado igual que el adjetivo hambriento = hungry) que por el juego de palabras bien podría tratarse de un extracto de una obra de Shakespeare.

Mi reflexión, sin embargo, va más allá e intento pensar en cómo sería el mapa de Europa hecho por un español y sobre todo, cómo quedaría de estereotipado un mapa de EE.UU. hecho desde la mirada de los europeos.

Se admiten propuestas en los comentarios...


viernes, 30 de abril de 2010

Cena Poética


La poesía y la comida tienen mucho en común. Ambas participan de todos nuestros sentidos. Hay quienes comen con la vista pues necesitan que el plato sea atractivo para animarse a hincarle el diente. De igual manera la poesía visual intenta transmitir el significado de las palabras utilizando la imagen como elemento impactante. Y qué decir del sabor. Aunque la poesía no se paladea en la boca, sí se disfruta de ella con el oído y se paladea en lo más hondo de nosotros para dejarnos, las más de las veces, un buen sabor de boca.

Ayer a las ocho y media de la tarde, después de haber sido invitada formalmente a tan prometedor festín, asistí a mi primera cena poética en la que no sólo nos alimentamos de poemas servidos por camareros y camareras en periodo de formación, sino que además nos amenizaron el acto con piezas de música que hizo más solemne a la vez que acogedor el evento.

La Cena poética es la puesta en escena y el acto que culmina el proyecto “Poesía para llevar” que el I.E.S. Bajo Cinca de Fraga hace ya unos años lleva a cabo con el fin de fomentar la lectura de poesía tanto en las aulas como en casa. Así los alumnos han estado trayendo a casa cuartillas con poemas elegidos por parte de profesores, alumnos y padres y madres de alumnos. Ayer sentados en engalanadas mesas, a la luz de las perfumadas velas y con los poemas como único plato a degustar (amén de unas cuantas pastas de chocolate que sirvieron para calmar el hambre de los más pequeños de la casa y dulces bebidas refrescantes para ir aclarando la voz de los que allí estábamos) transcurrió la más fascinante de las cenas a la que jamás yo haya asistido. Gente de todas las edades (alumnos, padres e incluso algún que otro abuelo) y de toda la comunidad educativa compartimos la lectura de no pocos poemas. Era tanta la gente que se animó a leer que, a juzgar por la hora en que acabó la “cena”, bien podría pensarse que quedamos todos muy satisfechos (que no hartos).


viernes, 23 de abril de 2010

Hoy, Día de la Faldeta

Sí, ya sé que hoy tocaba el día del libro pero es que en Fraga hace ya más de 30 años elegimos este día para recordar y homenajear a nuestra "jayes" y los ciudadanos de Fraga salimos hoy a la calle a lucir con orgullo nuestras ropas. Desafortunadamente este año no he podido estar paseando por el casco histórico de Fraga, viendo las estampas antiguas que intentan transmitir las costumbres y oficios antiguos que nuestros antepasados tenían (los inconvenientes de trabajar fuera de la comunidad). Esta mañana he dejado vestidas a mis hijas con el traje típico de Fraga (Anabel con el traje de "fadrina" y Elena con el traje de novia) sin poder verlas pasear por las coloridas y bulliciosas calles de Fraga. Este año, si me descuido, casi sé de la fiesta de oídas y por las fotos que les han hecho.
Hoy el día ha amanecido amenazando lluvia pero ha sabido contenerse y ha dejado desarrollar todo lo preparado con normalidad. Ya pasada la una de mediodía, y justo cuando mi paseo me permitía ver cómo la gente se disgregaba para ir tirando para casa y cómo los escenarios de las diferentes estampas eran desmontados, ha empezado a llover.
Ésta es una fiesta que me encanta y que quizás sólo a los que nos atañe de cerca podemos llegar a amar pero no cesaré en mi empeño de hacer llegar a todo el mundo este entusiasmo mío por lo de mi tierra.
Hoy no os regalo una rosa, ni tampoco un libro, tan sólo unos vídeos que Eugenio Monesma, en su intento de recopilar y preservar lo antiguo, tiene a bien cedernos.

Qué tingueu un molt bon día de la faldeta!

Courtesy Xbox 360 Videos



Courtesy Xbox 360 Videos


jueves, 22 de abril de 2010

Hoy, día de la Tierra

No mucha gente sabe que el día anterior al día del Libro es el día de la Tierra. Mientras miles de personas en este país se afanan en preparar los stands de venta de libros y rosas en una pura estrategia comercial (ya me gustaría saber cuántos de los libros que se venden ese día acaban siendo leídos por la persona agasajada y cuántas rosas son cultivadas, cortadas y bellamente presentadas para regocijo de la estimada dama), el día de la Tierra pasa para la mayoría de nosotros de puntillas y sin pena ni gloría.

Y es que el día de la tierra no vende, no llena los bolsillos de unos pocos a costa de otros que se dejan su dinero ni que sólo sea por cumplir con la tradición. El día del libro está envuelto de una áurea de intelectualidad, apela a la parte más cultivada del ser humano; es como si subliminalmente te estuvieran diciendo aquello de “tonto quien no lea”. El día de la Tierra, sin embargo, es todo lo contrario; nos recuerda la parte más primitiva del hombre, su poder de destrucción y el enriquecimiento de algunos a costa de diezmar sus recursos naturales. ¿Cómo va a ser popular un día así? ¿Qué beneficio saca nadie de todo esto? Este toque en la consciencia de todos nos resulta molesta, giramos la cabeza a todo aquello que nos recuerda que no somos tan “guays” como creíamos.

Hoy, día de la Tierra, os regalo unas bellas imágenes que algunos de los mejores fotógrafos de naturaleza han donado para ser subastadas y así poder llevar a cabo actividades de apoyo mediambiental.

miércoles, 21 de abril de 2010

Algo había que hervía

Casi dos años después de haber dejado este blog a la deriva, retomo el timón y me propongo llevarlo a buen puerto. Lo dejé en un momento en el que el stress físico y emocional colapsó definitivamente mis deseos de escribir. Era el final del primer curso del ciclo de transporte, estaba exhausta, sin energía y lo que no quería hacer era escribir por escribir. Y no es que en este espacio pretenda que queden reflejados pensamientos muy profundos (por lo menos no más profundos de lo que pueda ser una pecera) pero sí algo que valga la pena detenerse a leer cuando alguien pase por aquí aunque sea esporádicamente o incluso de casualidad.

Lo dejé cuando tenía ya algunos seguidores que comentaban y a los que yo devolvía la visita cortésmente para dejar también mi opinión sobre lo que ellos escribían. Gente muy variada, con intereses y motivaciones diferentes pero que valía la pena leer. Vuelvo a éste, mi espacio, para descubrir que muchos de ellos han dejado de escribir en mi ausencia. ¿Quién sabe?, quizás un día de estos cambian para ellos las circunstancias que les empujaron a dejar de escribir y retoman sus diarios.

Dos años no son mucho en la vida de una persona. Eso pensé yo cuando me embarqué en el ciclo de transporte pensando que valía la pena invertir ese tiempo en formarme para un trabajo que nos vendieron como seguro. Pero la galopante crisis financiera nos ha acompañado a lo largo de estos dos años y nos ha dejado a la mayoría de nosotros sin expectativas. En definitiva, aquellas ganas de cambiar de trabajo, de olvidarme del mundo de la enseñanza se han visto, si no rotas, sí aplazadas.

Haciendo balance de estos dos años debo decir que aunque el final no ha sido como yo esperaba en lo referente a lo laboral, estoy contenta por todo lo conseguido en lo académico pero sobre todo en lo personal: un grupo de amigos con los que compartir inquietudes y con los que a menudo quedo para salir y pasar un buen rato.

Y ahora, casi un año después de haber parado de esa actividad frenética (para colmo este año ya no estoy a media jornada, sino a un tercio, es decir, seis horas de clase más dos de guardia) siento que tengo tiempo y la necesidad de retomar mis escritos.