dddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd

viernes, 25 de mayo de 2007

Donar sangre es un acto de ...


Esta bonita frase, igual que el acto a que hace referencia, podría acabarse con sustantivos tan bien sonantes como: altruismo, responsabilidad, solidaridad... Estos en realidad fueron los motivos que me llevaron hace quince años a convertirme en donante. A través de los análisis que hacen de tu sangre para etiquetarla y almacenarla en el banco descubrí que el grupo sanguíneo al que pertenecía era 0 ( universal) y mi Rh negativo, un grupo al parecer escaso (en comparación con el resto de grupos posibles) y exclusivo ya que las personas que tienen este tipo de sangre sólo pueden recibir sangre de ese mismo grupo. Como contrapunto, el grupo 0 Rh- puede ser trasfundida al resto de grupos sanguíneos, lo que convierte a estas personas en “donantes universales”.

Comprender este hecho fue un aliciente más, sobre todo cuando, una vez inmersa en este mundillo, reparas más en las ocasionales alertas que en radio se han producido en momentos de catástrofe solicitando donantes del grupo 0Rh-.

Fui donante asidua durante varios años. Y digo fui porque en la que fue la penúltima donación me sobrevino un mareo, una vez incorporada, que hizo que perdiera el sentido momentaneamente. Afortunadamente, las enfermeras se percataron de este hecho y no sé cómo ni de qué manera, volví en sí para descubrirme echada en una camilla, con los pies en alto y los pantalones desabrochados. Fue un momento no sólo embarazoso, ya que todos parecían mirarme, sino también doloroso. La vuelta a la consciencia fue muy dolorosa: notar cómo la presión de tu sangre vuelve a tus ojos y a tu cabeza haciendo que esta última parezca que va a estallar es una sensación muy desagradable.

Aun así, pensé que esa reacción debió haber sido algo puntual (el cuerpo no siempre está en las mismas condiciones) y al año siguiente volví a cumplir con ese deber adquirido voluntariamente. Aunque no tanto como en la anterior ocasión sufrí mareos que me obligaron a sentarme en la acera de la calle antes de coger mi ciclomotor de regreso a casa. Así fue como, sin darme cuenta, dejé de acudir a mi cita anual. Veía los carteles que anunciaban la llegada del banco de sangre a la ciudad en su campaña de extracción pero era incapaz de acercarme hasta el centro de salud temiendo los posibles mareos.

Sólo un acto fortuito y espontáneo ha podido cambiar esta trayectoria. El pasado miércoles, al acercarme hasta el centro de salud a recoger unas recetas, descubrimos mi hija pequeña (Elena) y yo los preparativos para una larga tarde de extracciones: camillas por todas partes y enfermeras afanadas en poner a mano todo el material necesario para la conservación de las bolsas y para el desecho de instrumental.

Elena, en su ingenuidad de niña de casi cinco años puso el punto cómico a la tarde preguntándome para qué ponían esas cosas allí (se refería a las camillas). Al contestarle que eran para que la gente se tumbara a fin de sacarles sangre, respondió: “¡Ah!, pensaba que eran para tomar el sol”. Para entonces yo ya tenía claro (más o menos) de que debía volver a intentar dar sangre aunque no puedo negar que temía lo que en realidad acabó pasando. La ventaja de haber pasado por los mareos es que ya los ves venir y por tanto, avisando en el momento justo a la enfermera encargada de tu extracción, los puedes prevenir. Inmediatamente me levantaron los pies, me bajaron la cabeza y acabé la extracción con normalidad. Me tomé el zumo que te ofrecen para recuperar líquidos y después de recoger la pasta ( que no comí para guardarla para Elena) y detalle con el que te obsequian (una pequeña maceta con semillas de oregano para ser plantadas) nos dispusimos a llevarlo al coche. Hasta allí todo bien. “¡Prueba superada!”, pensé. Pero cuál fue mi sorpresa que al momento y conforme iba andando tranquilamente, me sobrevino un cansancio repentino acompañado de unas ganas urgentes de ir al baño. Notaba un sudor frío en mi frente y mi vista empezaba a bailar. Ante la ausencia de bancos en esa calle y el miedo a caer desplomada, decidí sentarme en la entrada de una casa. Pasados dos minutos ya me encontraba mejor, con lo cual ya pude coger el coche y marchar a casa.

Quiero pensar que estos nuevos mareos no provocarán en mí nuevos temores que me tengan alejada de este generoso acto otros tantos años. En todo caso yo debería, a partir de ahora, acabar la frase “donar sangre es un acto de ... valentía “.

P.D. Si alguien desea más información sobre donaciones pásese por aquí

6 comentarios:

Satrústegui dijo...

Pues yo llevaba un buen tiempo sin donar sangre, la última vez en Francia. Intenté hacerlo en estas bellas tierras granadinas pero resulta que dados mis antecedentes de viajes a muchos sitios soy una persona con riesgo de llevar la malaria en mi sangre. En España no tienen el análisis para esto, así que no puedo hacerlo. Será cuando vuelva a la Francia!

Unknown dijo...

El formulario que te hacen rellenar antes de donar sangre incluye entre otros muchos, un apartado sobre viajes a paises de estos exóticos. Yo, ves, no tengo este problema. Es la ventaja (la única porque ya me gustaría a mi haber viajado a estos paises)de moverse por paises "normales".

LaReinaDelSur dijo...

Tenía ese mismo miedo. Pero estando mi padre en el hospi nos decidimos a donar. Era la 1ª vez que lo hacía y por suerte no me mareé. Supongo que es una sensación que no le gusta sentir a nadie...
Pero una vez que acabamos y al explicarnos todo lo que podían hacer con nuestras bolsas de sangre, me sentí genial!
Un besote!

Clarice Baricco dijo...

Lo que haces es un acto de misericordia para el prójimo. Pero debes de checarte, ir con el médico porque esos mareos no son normales. Cuídate si?

Abrazos

Anónimo dijo...

Me has tocado la fibra...nunca encuentro el momento de ir a donar sangre. Solo lo he hecho una vez y no tendría inconveniente (de momento no me mareo), pero no hay forma.
Estoy contigo: ya me gustaría a mi haber visitado alguno de esos sitios como excusa para no donar en lugar de "puritita" dejadez.
Aishhhh

Anónimo dijo...

Genial dispatch and this enter helped me alot in my college assignement. Gratefulness you for your information.