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martes, 15 de mayo de 2007

¿Os suena?


Los que sean de mi misma edad, incluso mayores, seguramente recordarán esta imagen. “¿Quién es este?”, se preguntarán quizás los más jóvenes. Parece mentira que una profesión como esta haya podido mantenerse en una sociedad de consumo como en la que estamos inmersos y en la que todo deja de tener vida en cuanto no funciona. Ya no sale rentable arreglar aparatos ya que cuesta más la reparación que el propio aparato. Ante la sorprendente demanda que este día parece tener el afilador (son varios los clientes que acuden a hacerse afilar sus cuchillos y tijeras) me pregunto si será porque los cuchillos son muy buenos, porque el afilador cobra muy poco por el servicio o porque todos estos clientes, que por cierto pasan todos de los 70, viven ya de la nostalgia y desean que este oficio perdure ni que sólo sea de manera anecdótica.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay varios oficios que están desapareciendo. Añadiría el reparador de calzado, el cartero tiene menos trabajo hoy en día, en parte por mensajes como este o por el tiempo de entrega. Hay mucho de comprar y desechar. Es la sociedad de hoy en día.

Clarice Baricco dijo...

Me da tristeza todo lo que se está perdiendo. Admiro a esas personitas, a las ancianas, que aún están persistiendo en estos menesteres.
Gracias por recordarme estos detalles grandes de la vida.

Abrazos

laMima dijo...

Si, el sonsonete ese que acompañaba al "afiladooooor" forma parte también de mi vida.
El de mi pueblo tenía, recuerdo, una moto pequeñita, negruzca...
Ahora somos tan soberbios que cuando un cuchillo se desafila lo tiramos y compramos otro (bueno no, que mon mari tiene una piedrica...)