¿Acabo de hacer un ripio? Será que mi vecino me ha contagiado su ars poetica. Muchas veces se ha dicho que hacer vino es todo un arte pero si este vino viene acompañado de un poema ( y encima escrito por el mismo artista) eso es para no perdérselo. Y esto es lo que hicimos el pasado domingo a la hora del almuerzo familiar: deleitarnos con el vino y ahora deleit-arte con este escrito.
Aquí os transcribo el poema en cuestión para que vosotros mismos juzguéis el resultado. Aviso: no se asusten los catalanes de pura cepa (jejeje, muy apropiada la expresión)
Cansó del ví
Y l´altre día a la familia li vach dí
que podiem pllantá viña
que a yo me choque mol lo ví
y con que me choque mol lo ví
la viña s´a de pllantá
qu´el ví de casa e mol vo
y a yo me choque traguechá.
con que me choque traguechá
ya no ña res mes que dí
hi pllantarem la viña
al bancalet del camí.
Y si la viña pllantem
al bancalet del camí
con que hi toque tan lo sol
allí n´eichirá von ví.
Y si lo ví is bonet
y ne te von paladá
d´el vi del Margarito
per Fraga s´en parlará.
Per Fraga s´en parlará
per Fraga s´en parlará
s´en parle o no s´en parle
la viña se pllantará.
La viña se pllantará
la viña se pllantará
la viña del Margarito
ne fotra un que charrá.
La botella vestía traje sencillo pero coqueto puesto que llevaba anudado al cuello a modo de "foulard" un rústico cordel que engarzaba a su vez una menuda tarjeta donde se daba a conocer la variedad (Merlot) y el tratamiento que han recibido los caldos hasta llegar a nuestras manos ( "despalillado total y fermentación en depósitos de acero inoxidable. Reposado en barrica de roble americano). Sonaba bien.
El resto del traje resultaba algo desaliñado: una etiqueta grande, desproporcionada (pero es que para albergar semejante poema épico no podía ser menor) y falta de un buen planchado (porque hay que ver lo arrugada y mal puesta que estaba). El resultado quizás algo pretencioso, muy parecido al aspecto que presentan aquellas personas de origen humilde y que no saben muy bien cómo vestirse para presentarse en sociedad.
A pesar de todo lo dicho, el vino me sorprendió ya que no tenía ese sabor típico de los vinos de casa, aunque desde luego, tampoco ése que delata a un buen vino. Pero esto es como todo: uno empieza con la dosis alta de ilusión y poco a poco va aprendiendo. ¡Animo, Margarito!. Quién sabe si en unos años tenemos este vino en las estanterías del super o incluso sale reseñado en futuras (espero) ediciones del programa "En clau de ví"
2 comentarios:
estupendo...
vay un trago?
abraço europeu
pois te digo que yo non tengo un vicino que hace vino, lamento...
como me gusta el vino... yayaya
donde vas parar? preguntas, te digo que hablando se hace el camino, o como dice Machaco, lo camino se hace con el andar de los caminantes...
excuse el portuñol, yaya
seguimos leyendo e bebendo vino, yaya
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